“¿Qué pasa cuando la Palabra y la teología empiezan a correr solas, sin dialogar con la práctica de la vida cotidiana de las personas? Nuestra teología corre el riesgo de convertirse en un mero ejercicio académico que hace de la Palabra hecha carne meras palabras desencarnadas. La Palabra viva se torna repetición de un mensaje simplista, incompleto, inmutable […]. No se contextualiza y pierde así pertinencia para la realidad en que vivimos; no tiene nada que decir a lo que nos sucede en el trabajo, la universidad, la fábrica, el barrio, la familia”.
Elisa Padilla, La iglesia como agente de transformación integral ¿Es posible?, Revista Kairos, Año 9 - Nº 24.
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